Las claves de emprender en cultura
Son muchos los emprendedores que deciden poner en marcha un proyecto cultural pero ¿sabes cuáles son las claves si decides emprender en cultura?
Tras más de 15 años trabajando en el sector cultural he detectado varias características que debes conocer. Especialmente si eres emprendedor cultural o estás pensando en serlo.
Desarrollar un proyecto cultural se enmarca en el sector servicios, también llamado terciario en países como España. Por lo tanto las primeras claves que debes conocer si emprendes en cultura son las características que comparte con otros servicios.
Las características compartidas más importantes son:
- Naturaleza intangible: Un servicio cultural es inmaterial por lo que transmitir sus características al interesado, a veces, resulta difícil. Para contrarrestar esta característica debes “hacer tangible lo intangible“. Es decir, aunque el servicio sea inmaterial puedes acompañarlo de recursos y materiales físicos.
- Estacionalidad o temporalidad: Los servicios culturales sufren grandes fluctuaciones de la demanda. Por este motivo, como en otros sectores, hay temporada alta o baja. Para hacer frente a esta característica debes desestacionalizar la demanda estabilizando los flujos. Para ello te puedes aprovechar de la tecnología y aplicar estrategias de precios diferenciados.
- Costes fijos y costes variables: Como en otros servicios, los costes fijos son elevados ya que el activo más importante de una empresa cultural son las personas. En cambio, los costes variables son menores. El objetivo, ante esta característica, es priorizar los costes variables ante los costes fijos.
Conoce las claves de emprender en cultura
Además de estas características, compartidas con el sector servicios, emprender en cultura cuenta con claves propias. Basándome en mi experiencia destaco las siguientes:
- Desarrollo largo del proyecto: Si bien un proyecto emprendedor cultural parte de una idea sencilla, su desarrollo no lo es tanto. Diseñar un producto o servicio cultural que satisfaga unas necesidades y detectar a los clientes potenciales supone de recursos, especialmente tiempo.
- Distancia entre valor y precio: El servicio cultural es de gran valor pero no se percibe así. Es más, justificar el coste de un producto cultural ofertado es una de las dificultades a las que se debe enfrentar un emprendedor. Para ello son necesarios recursos con el fin de evidenciar que el servicio o producto cultural vale lo que cuesta. Esta realidad arrastra al sector cultural a una espiral en la que sólo se produce si hay financiación pública y sólo se consume si es gratis.
- Mal entendimiento entre el sector público y las iniciativas privadas: A modo de continuación del punto anterior, en el sector cultural sólo son bienvenidas las iniciativas públicas, las privadas se miran con recelo. La cultura puede (y debe) partir de iniciativas tanto públicas como privadas. Y a cultura puede (y debe) ser producida tanto por las administraciones públicas como por los profesionales y empresas privadas.
Como ves, estas características determinan tu plan y tus acciones si piensas emprender en cultura. Conocerlas te ayudará a diseñar un mejor producto y servicio, así como las estrategias para su comercialización. Actualmente, y gracias a la tecnología, es más sencillo contrarrestar las dificultades que un emprendedor encuentra.
La transformación digital, entendida como una estrategia esencial de cualquier proyecto, ofrece oportunidades al emprendedor. Y déjame decirte que la transformación digital ya es una realidad, es imprescindible que te adaptes al nuevo entorno digital.
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